Si querés que tus plantas se vean de diez, tenés que cuidar el pH del agua que usás para regarlas. Este producto está hecho a base de ácidos orgánicos que funcionan como unos súper aliados en el suelo y el agua. Actúan como quelantes naturales que ayudan a que los nutrientes se mantengan estables y disponibles para que tus plantas los absorban de manera óptima.
Las plantas necesitan un pH adecuado para sacar el mejor provecho de los nutrientes. Lo ideal es mantener el pH entre 5.5 y 7, aunque esto puede variar un poco según el tipo de planta. Si el pH no está en el rango correcto, tus plantas pueden tener problemas para absorber lo que necesitan.
Primero, prepará el agua para riego en un recipiente. Usá un medidor de pH para chequear el nivel. Si el pH está fuera del rango ideal, agregá unas gotas de PH- NAMASTE. Ajustá la cantidad según sea necesario hasta que llegues al nivel deseado. ¡Así de simple, tus plantas estarán felices y saludables!
